martes, 31 de julio de 2007

un angel



Un ángel se me enreda en el pelo
y me da vueltas, y cosquillas,
y susurra en mi oído cuando pasa
camino de mi nuca
palabras en idiomas que ignoro,
pero suenan a aroma de jazmin y piel de terciopelo.

La culpa es mía a medias,
por tenerlo rizado como el mar,
por dejármelo largo y descuidado,
por mis ganas de ángel,
mi taquicardia,
mi búsqueda incesante e inconclusa.

Es un ángel que conozco...
Conozco los dedos de sus pies
como las palmas de mis manos,
porque casi siempre miro al suelo cuando me mira.
Conozco sus tobillos tímidos también,
y sus piernas de infarto,
y el golpe que dejaron sus caderas en mi suenio,
y conozco, distingo, huelo
el secreto dorado que lleva entre sus pechos.

Aún no le he dicho lo que más me gusta.
Me conformo con que habite de vez en cuando en mi pelo,
y vaya desgranando el tiempo
con su boca de fruta
mientras juega y pasea su hálito
por mi melancolía rizada y mi deseo.

dirección única

No hay primavera que no pase por invierno,
ni destino sin ansia o desacierto,
ni nube pasajera que no frunza cenios.
No hay letra sin papel en blanco,
ni palabra sin consecuencia.
No hay música sin silencio.

Así que me callo
porque ahora es el camino para luego.

en un jardín estaba

La fiesta de mi vida la he soniado.
Todas estabais ahí, tú también.
Busqué ese rostro que no encuentro,
que a veces pienso que no existe,
y todo era soledad
y un hueco lleno de gente.

martes, 24 de julio de 2007

microsegundo

Ha sido solo un instante.
Y luego otro.
Y luego otro.
Y se ha construido un castillo, una torre, una calzada
para andar descalzo.

Y aquel día también fue un instante.
Un ojo contra ojo.
Un mismo aire que entraba en sus pulmones y en los míos.
Y estuvimos hechos de los mismos elementos
vitales e incontenibles,
de las mismas ganas silenciosas
de comernos
a besos
a nosotros
y al futuro.