Sí, en el fondo,
aquí adentro,
está esa neurona y poco más,
pero es tan implacable
que no queda más que cortar hasta el hueso,
abrir en canal una metáfora
y dejar que salga el humo del cigarrillo
a medias humor
y a medias verdad.
Ponerse de rodillas
y encomendarse
a la virgen del twitter,
o Santa María del facebook,
al sacramento del mensaje oculto.
a la fría guadaña de la sutileza
de los caracteres escondidos,
a la clave incomprensible del
ahora va por ti,
es por ti, para ti, para ti sola.
Mi cerebro te salve,
estás llena de gracia, de gracias,
de perfumes humanos y salvajes
de las flores colgadas de las nubes,
de segundos cargados de importancia.
Maldita entre los sauces que me cercan,
y maldita mi conciencia que te invoca
entre todo el aire que entra esta noche en mis pulmones.
Bendito tu vientre, tu vientre, tu vientre.
Santa realidad virtual que encarcela
mi otra vida y el largo camino hasta la nada
que me espera al final de este vaso.
Ruega por mi deseo,
porque se extinga de aquella manera
en la que los elefantes cantan
canciones de amor
y las hormigas no existen.
O mejor no ruegues, y deja que ardan
los pronósticos, las cererías, el humano que llevas dentro;
porque ahora,
sin renglón a dudas,
es la hora de mi muerte.
Amén.
domingo, 1 de abril de 2012
sábado, 13 de noviembre de 2010
equilibrios
Todo cobraba sentido entonces, transparente y taciturno,
cuando el hombre del tiempo olisqueaba
en las puertas de las tiendas de paraguas,
cuando se gastaban los segundos totalmente,
como una pasta de melaza en el paladar.
El funambulista se deshizo de sus labios,
de su cara de póker y ese párkinson imitado en las rodillas,
y, dispuesto a hacer mutis por el foro,
alguien le escupe una pregunta sin trampa.
Ha sido él quien ha henchido los pechos de la luna,
quien la hizo de estatua en sus recuerdos
y una coleción de cuentos,
y una última cena imaginaria.
Después huye ante un salto mortal al fin
sin red y sin máscara, sabiendo como sabe
que las redes sólo sirven en el mar.
Aquella noche después de la velada,
lloró su soledad como un payaso,
sus idas y venidas sin sentido, sin rumbo,
su ejercicio inútil de presente.
Dejó un rastro brillante de charquitos
en su mutis marrón definitivo,
todo, por no abrir la boca y andar torcido
a la luz de la luna que pregunta
dónde estás, por qué me miras.
.
cuando el hombre del tiempo olisqueaba
en las puertas de las tiendas de paraguas,
cuando se gastaban los segundos totalmente,
como una pasta de melaza en el paladar.
El funambulista se deshizo de sus labios,
de su cara de póker y ese párkinson imitado en las rodillas,
y, dispuesto a hacer mutis por el foro,
alguien le escupe una pregunta sin trampa.
Ha sido él quien ha henchido los pechos de la luna,
quien la hizo de estatua en sus recuerdos
y una coleción de cuentos,
y una última cena imaginaria.
Después huye ante un salto mortal al fin
sin red y sin máscara, sabiendo como sabe
que las redes sólo sirven en el mar.
Aquella noche después de la velada,
lloró su soledad como un payaso,
sus idas y venidas sin sentido, sin rumbo,
su ejercicio inútil de presente.
Dejó un rastro brillante de charquitos
en su mutis marrón definitivo,
todo, por no abrir la boca y andar torcido
a la luz de la luna que pregunta
dónde estás, por qué me miras.
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martes, 9 de noviembre de 2010
tiempos
Cambian los pronombres y las letras,
el bip monótono de la rutina,
el nivel de los embalses del alma,
la forma de las carteras,
su contenido.
El tiempo es un palacio vulnerable,
un caro pasatiempo
que se cobra vidas y facturas,
y fracturas en los corazones desgastados.
Acertó el que lo marcaba con agujas,
y con fríos digitales,
y con granos de arena sin origen,
y con sombras de sí mismo,
y con palos clavados en la tierra.
Ése, al que ahora quitan los acentos,
está seguramente enterrado
en su bienamado tiempo
mientras su herencia de tripas
no se hace corazón
y sus hijos esperamos
buenos tiempos,
tiempos mejores,
segundos tiempos,
tiempos venideros,
libres tiempos libres,
perdidos.
.
el bip monótono de la rutina,
el nivel de los embalses del alma,
la forma de las carteras,
su contenido.
El tiempo es un palacio vulnerable,
un caro pasatiempo
que se cobra vidas y facturas,
y fracturas en los corazones desgastados.
Acertó el que lo marcaba con agujas,
y con fríos digitales,
y con granos de arena sin origen,
y con sombras de sí mismo,
y con palos clavados en la tierra.
Ése, al que ahora quitan los acentos,
está seguramente enterrado
en su bienamado tiempo
mientras su herencia de tripas
no se hace corazón
y sus hijos esperamos
buenos tiempos,
tiempos mejores,
segundos tiempos,
tiempos venideros,
libres tiempos libres,
perdidos.
.
jueves, 9 de septiembre de 2010
TÚ
Tú. Nadie más que tú
para llenar esta mazmorra de cuadros
y hacer callar el silbido ególatra
de la voz en la que cuento tanto cuento.
Tú eres una miel de vuelo jadeado
por el alma, a secas, de la Tierra,
un remolino de esperanza con sonido,
una huella errante del cariño,
un vilano por el soplo de un profeta despedido.
Tú eres el sol y ¿qué te importa lo que digo?
Tú eres el hueco enorme que no ordenan
mis renglones desperdigados en la noche.
Tú eres la cosquilla y el derroche
de un suicidio de amor no cometido.
Tú eres un poco de lo poco que bendice
a este mundo de catéteres ajados.
El son que nace y ¿qué te importan mis sueños apagados?
Eres el nervio del agua, la sal, el horizonte,
el punto único, el ámbar, el capricho
del dios de la belleza que se marcha,
la roca, el beso primigenio recibido,
la mirada regalada, el columpio de la pena y la alegría,
el grito, la rosa, la nostalgia, la fuga del pájaro cautivo
la plenitud y ¿qué te importa a estas alturas lo que escribo?
.
para llenar esta mazmorra de cuadros
y hacer callar el silbido ególatra
de la voz en la que cuento tanto cuento.
Tú eres una miel de vuelo jadeado
por el alma, a secas, de la Tierra,
un remolino de esperanza con sonido,
una huella errante del cariño,
un vilano por el soplo de un profeta despedido.
Tú eres el sol y ¿qué te importa lo que digo?
Tú eres el hueco enorme que no ordenan
mis renglones desperdigados en la noche.
Tú eres la cosquilla y el derroche
de un suicidio de amor no cometido.
Tú eres un poco de lo poco que bendice
a este mundo de catéteres ajados.
El son que nace y ¿qué te importan mis sueños apagados?
Eres el nervio del agua, la sal, el horizonte,
el punto único, el ámbar, el capricho
del dios de la belleza que se marcha,
la roca, el beso primigenio recibido,
la mirada regalada, el columpio de la pena y la alegría,
el grito, la rosa, la nostalgia, la fuga del pájaro cautivo
la plenitud y ¿qué te importa a estas alturas lo que escribo?
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jueves, 5 de agosto de 2010
martes, 29 de junio de 2010
lunes, 8 de marzo de 2010
viernes, 5 de marzo de 2010
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