Sería tan fácil si no tuviera esa marca en el costado,
esa lanzada indeleble incapaz de convertirse en cicatriz...
Sería tan fácil, tan humano, tan lógico.
Iríamos juntos a comprar vino, y pan, y pasta de dientes.
Elegiríamos juntos el lugar del cuadro del salón.
Haríamos el amor sólo con mirarnos
cuando otros estuvieran delante,
y entenderíamos el sí, yo también quiero besarte.
Tendríamos un jersey común que guardaría el olor de cada uno,
o al menos nos haría sonreir en el trabajo.
Echaríamos de menos tantas veces como veces pudiéramos decirlo.
Cada noche jugaríamos a hay algo nuevo que he visto en ti.
Y yo volvería a decir esas cosas que hace tanto que no digo.
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