Confieso
que cuando digo Tú
no tienes sólo un nombre.
Casi siempre eres única y cualquiera.
Confieso que me gustas,
y tú... y tú también.
Que mañana podría dar la vida
por otra con otro rostro diferente.
Que aunque esta noche es tuya,
la próxima no tiene dueña.
Entre ácido y sincero
te confieso que
me gustaría estar seguro
de que lo entiendes.
.
miércoles, 11 de febrero de 2009
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