domingo, 1 de abril de 2012

plegaria

Sí, en el fondo,
aquí adentro,
está esa neurona y poco más,
pero es tan implacable
que no queda más que cortar hasta el hueso,
abrir en canal una metáfora
y dejar que salga el humo del cigarrillo
a medias humor
y a medias verdad.
Ponerse de rodillas
y encomendarse
a la virgen del twitter,
o Santa María del facebook,
al sacramento del mensaje oculto.
a la fría guadaña de la sutileza
de los caracteres escondidos,
a la clave incomprensible del
ahora va por ti,
es por ti, para ti, para ti sola.
Mi cerebro te salve,
estás llena de gracia, de gracias,
de perfumes humanos y salvajes
de las flores colgadas de las nubes,
de segundos cargados de importancia.
Maldita entre los sauces que me cercan,
y maldita mi conciencia que te invoca
entre todo el aire que entra esta noche en mis pulmones.
Bendito tu vientre, tu vientre, tu vientre.
Santa realidad virtual que encarcela
mi otra vida y el largo camino hasta la nada
que me espera al final de este vaso.
Ruega por mi deseo,
porque se extinga de aquella manera
en la que los elefantes cantan
canciones de amor
y las hormigas no existen.
O mejor no ruegues, y deja que ardan
los pronósticos, las cererías, el humano que llevas dentro;
porque ahora,
sin renglón a dudas,
es la hora de mi muerte.
Amén.

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