sábado, 13 de noviembre de 2010

equilibrios

Todo cobraba sentido entonces, transparente y taciturno,
cuando el hombre del tiempo olisqueaba
en las puertas de las tiendas de paraguas,
cuando se gastaban los segundos totalmente,
como una pasta de melaza en el paladar.
El funambulista se deshizo de sus labios,
de su cara de póker y ese párkinson imitado en las rodillas,
y, dispuesto a hacer mutis por el foro,
alguien le escupe una pregunta sin trampa.
Ha sido él quien ha henchido los pechos de la luna,
quien la hizo de estatua en sus recuerdos
y una coleción de cuentos,
y una última cena imaginaria.
Después huye ante un salto mortal al fin
sin red y sin máscara, sabiendo como sabe
que las redes sólo sirven en el mar.
Aquella noche después de la velada,
lloró su soledad como un payaso,
sus idas y venidas sin sentido, sin rumbo,
su ejercicio inútil de presente.
Dejó un rastro brillante de charquitos
en su mutis marrón definitivo,
todo, por no abrir la boca y andar torcido
a la luz de la luna que pregunta
dónde estás, por qué me miras.
.

martes, 9 de noviembre de 2010

tiempos

Cambian los pronombres y las letras,
el bip monótono de la rutina,
el nivel de los embalses del alma,
la forma de las carteras,
su contenido.
El tiempo es un palacio vulnerable,
un caro pasatiempo
que se cobra vidas y facturas,
y fracturas en los corazones desgastados.
Acertó el que lo marcaba con agujas,
y con fríos digitales,
y con granos de arena sin origen,
y con sombras de sí mismo,
y con palos clavados en la tierra.
Ése, al que ahora quitan los acentos,
está seguramente enterrado
en su bienamado tiempo
mientras su herencia de tripas
no se hace corazón
y sus hijos esperamos
buenos tiempos,
tiempos mejores,
segundos tiempos,
tiempos venideros,
libres tiempos libres,
perdidos.
.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Tú. Nadie más que tú
para llenar esta mazmorra de cuadros
y hacer callar el silbido ególatra
de la voz en la que cuento tanto cuento.
Tú eres una miel de vuelo jadeado
por el alma, a secas, de la Tierra,
un remolino de esperanza con sonido,
una huella errante del cariño,
un vilano por el soplo de un profeta despedido.
Tú eres el sol y ¿qué te importa lo que digo?
Tú eres el hueco enorme que no ordenan
mis renglones desperdigados en la noche.
Tú eres la cosquilla y el derroche
de un suicidio de amor no cometido.
Tú eres un poco de lo poco que bendice
a este mundo de catéteres ajados.
El son que nace y ¿qué te importan mis sueños apagados?
Eres el nervio del agua, la sal, el horizonte,
el punto único, el ámbar, el capricho
del dios de la belleza que se marcha,
la roca, el beso primigenio recibido,
la mirada regalada, el columpio de la pena y la alegría,
el grito, la rosa, la nostalgia, la fuga del pájaro cautivo
la plenitud y ¿qué te importa a estas alturas lo que escribo?
.

jueves, 5 de agosto de 2010

martes, 29 de junio de 2010

lunes, 8 de marzo de 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

jueves, 14 de enero de 2010

alarmas

Casi siempre los sueños se hacen ruinas,
parece que pertenecen al pasado
y se venden como souvenirs en los templos de la nada.
Existen ecuaciones en los bordes de mis cosas
que previenen en silencio del declive,
de la forma de una pastilla,
del espacio de la sombra en el sofá.
Me juré a mí mismo no andar entre hipotecas
y mi alma ahora no tiene compradores.
Pero no sé hacerlo de otro modo,
no me enseñaron,
no había animales en la sábana de la sabana
para ver como otros más sabios los cazaban.
El mundo me sabe a zapato
dos tallas más pequeño,
aunque últimamente tropiece con mis propias payasadas.
Me tengo que marchar a otra alarma de trinchera,
a otra batalla de esta guerra
que he inventado yo.
Menos mal que tengo besos a la vuelta,
aunque esté malherido,
menos mal que sé que mañana
habrá otra sirena
y yo no tengo oídos sordos.
.

sábado, 2 de enero de 2010

hablando de la nada

Los barrenderos eliminan lo que queda del otoño,
y yo no recuerdo un día sin tu recuerdo
en este invierno pelado de moléculas.
La nada, el final del universo
debe parecerse a un parasiempre
escrito del revés...


al molde del futuro,
a un correo sin respuesta.
Estoy convencido de que allí
habitan mis hormigas,
devorando el festín de tus gritos,
tu pasado.
Eso es...
La nada se parece a mi sombra
en tu pasado.
.