domingo, 7 de octubre de 2007

atractivo

Mi blog es feo.
Ese órgano, llamado cerebro,
donde los científicos decimos que reside el amor,
no me da, de momento,
para alardes informáticos,
links, videoposts o músicas que acompañen lo que escribo.
Las fotos de mi vida exhiben un tamaño inadecuado
y los neologismos, me visitan con la misma asiduidad
que mi admiración por los clásicos.
Ayer comprendí, con retraso, como siempre,
que soy más público de lo que creía,
y releí todas mis entradas
(más entradas, más viejo, como yo)
con intención de censurarme por si acaso.
Es igual,
mi blog es feo y punto.
Si además empiezo a censurarme,
entonces más valdría formatear mi disco duro,
y empezar de nuevo
en otra parte.
Allá usted que lee.

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